sábado, 28 de noviembre de 2015

Ciber Bullying

SEIS SOMBREROS PARA PENSAR

SOMBRERO BLANCO: Con este pensamiento debemos centrarnos en los datos disponibles. Ver la información que tenemos y aprender de ella.

El ciberbullying es el uso de medios tales como Internet, telefonía móvil y videojuegos online principalmente, para ejercer el acoso psicológico entre iguales.
Los insultos constantes en redes sociales, intimidaciones por correo electrónico y amenazas anónimas mediante mensajes de celular, se han vuelto parte de la vida de los niños en la actualidad, según estadísticas muestran que el 4% de los niños y adolescentes mexicanos dijo haber sido objeto del ciberbullying en 2010 a través de Internet, mientras que vía celular la cifra fue del 7%. Actualmente en el 2015 la cifra sigue aumentando.


SOMBRERO ROJO: con él observamos los problemas utilizando la intuición, los sentimientos y las emociones. El participante expone sus sentimientos sin tener que justificarlos.

En relación a los efectos, los estudios evidencian que las ciber victimas tienen sentimientos de ansiedad, depresión, ideación suicida, estrés, miedo, baja autoestima, sentimientos de ira y frustración, sentimientos de indefensión, nerviosismo, irritabilidad, somatizaciones, trastornos del sueño y dificultades para concentrarse que afectan al rendimiento escolar; mientras que los ciber-agresores muestran falta de empatía, conducta agresiva y delictiva, superior consumo de alcohol y drogas, dependencia de las tecnologías y absentismo escolar.
La salud emocional tanto como de la victima o el agresor se ven sumamente afectadas, los niños afectados en un futuro crecerán siendo personas trastornadas, lo cual es sumamente preocupante para una futura sociedad.

SOMBRERO NEGRO: haciendo uso de este sombrero pondremos en marcha el pensamiento del juicio y la cautela, poniendo de manifiesto los aspectos negativos del tema tratado.
La violencia, bien como conducta o como medio de resolución de conflictos, deriva en consecuencias fatales y destructivas, tanto físicas como psicológicas. Cuando la violencia afecta a niños, niñas y adolescentes la malignidad de la situación es aun mayor. Cualquier niño, o adolescente victima o testigo de un acto violento, a demás de sufrir la consecuencia dolorosa inmediata, interioriza una experiencia negativa mediante la cual aprende el mecanismo de la conducta violenta. Muchos de ellos acaban concluyendo que en el mundo lo que funciona realmente es la ley del más fuerte, además esta creencia queda reforzada con los acontecimientos bélicos y violentos que ven a través de los medios de comunicación. Otros, aprenderán que el modo de quedar a salvo de ser victima, es aliándose con el agresor. Además, los agresores, acostumbrados a conseguir beneficios mediante su conducta, aprenden e interiorizan que el uso de la violencia es un modo practico de conseguir cosas, y de esta forma están construyendo el camino para convertirse en delincuentes.
En el peor de los escenarios muchas veces el acoso trae consigo consecuencias serias, tanto que pueden hacer que un menor acosado contemple la posibilidad del suicidio o se suicide.


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